Como a todos, día sí día no me invitan a poner mi firma en tal o cual petición al Gobierno o al ministro de Justicia o al de Interior o a cualquier otro, o a la Iglesia. Siempre son peticiones de cuestiones que me parecen de justicia y normalmente más que eso: que claman al cielo. Me gustaría firmarlas pero no puedo, me lo impide la rabia. Sólo que cambiáramos el verbo “pedir” por el “exigir” las firmaría inmediatamente.
Así está redactada la carta que cientos (ojalá miles) de mujeres de toda España van a entregar al Ministro de Justicia el próximo 1 de febrero EXIGIENDO la retirada del proyecto de ley del aborto. Va a ser emocionante la reunión de tantas mujeres en Atocha exigiendo el respeto a sus derechos más naturales.
No es probable que yo quiera abortar ya a mis 73 años y siendo hombre además, pero allí estaré.