Me impresiona ver como tantos catalanes de tendencia independentista que se han pasado los últimos años criticando sin pausa y sin piedad (como debe ser) a tanto ladrón del PP y también del PSOE (los ERE) ahora callan, no dicen ni pío del asunto Pujol. Probablemente lo mismo pasaría en el otro lado, pero, en cualquier caso, con ese paisanaje no vamos a ningún lado.