Aquel tipo tenía un amigo, un buen amigo que lo había ayudado siempre y lo había aupado hasta la alta dirección de la compañía. El se lo agradeció beneficiándose de su señora, robándole el auto, arruinándolo y haciendo que el banco le hechara de su casa, Acabó el pobre amigo sin trabajo, sin bienes y pidiendo limosna por las calles.
Luego, el tipo aquel que causó tanto desastre se quejaba: éramos amigos y ahora me odia, en parte por lo que le he robado pero sobre todo por lo machacona que ha sido la prensa recordándoselo día tras día.